July 25, 2011

Ciudad Juarez: Testimonio de Vida

Por Armando Castillo Acosta y Presbítero Jorge Vargas, CMF[PDF Format] [Return to homepage]

Armando Castillo Acosta is married, with two children. He serves as a Pastoral Minister at “Nuestra Señora de la Esperanza” Parish, in the Diocese of Ciudad Juarez Mexico. Besides his regular job, he has volunteered in the past ten or more years as coordinator for the Pastoral Council, Youth, Patron Saint Celebrations, missions and the choir.


I. Introducción
Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de Mansos del Paso del Norte del Rio Grande, fundada el 8 de diciembre de 1659 por Fray García de San Francisco, cuyo templo misionero se encuentra hasta nuestros días a un costado de la catedral de lo que el día de hoy es Cd. Juárez Chihuahua.

Durante toda la época colonial Paso del Norte fue el principal centro de colonización española hacia el territorio de Nuevo México, por constituir un paso obligado por el llamado Camino Real de Tierra Adentro que unía al centro de México con la ciudad de Santa Fe. Además, era uno de los pocos puntos en que se podía cruza el entonces muy caudaloso Río Bravo (que recibió éste nombre debido a sus fuertes avenidas). En su entorno no existieron tribus belicosas que resistieran en demasía al gobierno español Sus pobladores originales fueron los indios Mansos que fueron así nombrados por los españoles debido a su docilidad y así como otros grupos como son los Sumas que tampoco ofrecieron gran resistencia, convirtiendo entonces al Paso del Norte en un punto muy seguro.

Durante la rebelión de los indios Pueblo en Nuevo México, gran parte de la población española y mestiza de esa región y su gobierno se refugiaron en el Paso del Norte y desde ahí se inicio la reconquista militar del territorio.

A la par con su situación política, Paso del Norte fue también un importante centro religioso desde el cual se establecieron numerosas misiones en Nuevo México lideradas por sacerdotes franciscanos encargados de la evangelización de esta zona, convirtiéndose en el segundo centro evangelizador en importancia sólo tras Santa Fe. (1)

En 1826 se le concedió la categoría de villa. Luego, a raíz de la guerra de México con los EE. UU. y la firma de los Tratados de Guadalupe-Hidalgo en 1848, dicha zona se convirtió en parte de la nueva frontera geopolítica entre los dos países. Por un lado quedó la ciudad estadounidense llamada, en un principio Franklin y en la actualidad El Paso y por el otro, la villa mexicana Paso del Norte. En 1888 fue elevada a la categoría de ciudad con el nombre de Ciudad Juárez, en honor del benemérito Don Benito Juárez.

A lo largo de su historia Ciudad Juárez ha ido forjando su identidad fronteriza. Durante la Revolución, y ya desde antes, integrada a la ciudad de México y a otras partes de la República por ferrocarril y siendo puerto importante de entrada al país, la ciudad tuvo una parte destacada en la historia de México al ser tomada por las fuerzas villistas y declararse ganada en esta plaza la causa revolucionaria.

Luego, durante la época de recesión del mundo capitalista, que afectó de manera notable a EE.UU. en 1929, la ciudad, que ya para entonces mantenía un activo comercio con su vecina estadounidense, recibió un intenso flujo de migrantes de ambos lados de la frontera; por un lado, los despedidos masivamente de las fuentes de trabajo estadounidenses y por otro, la enorme cantidad de trabajadores y campesinos mexicanos en busca de empleo. Posteriormente, la militarización y participación de EE.UU. en la Segunda Guerra mundial, originó escasez de mano de obra en sus actividades agrícolas y de nuevo se hicieron acuerdos, uno de los cuales fue el programa de “braceros", donde el gobierno norteamericano contrató mano de obra mexicana para cubrir su déficit. Al finalizar dicho tratado y regresar los braceros, la frontera sufrió de nuevo un intenso flujo migratorio que, junto con los anteriores y posteriores, ha dado peculiares características a la comunidad juarense. (2)

II. LA ERA DE LA MAQUILA
2.1 Ver
Silvano Enríquez de 18 años llegó a mediados de 1990 a Cd Juárez, procedente de un pueblo de Durango junto con su hermano Juan de 16 años. Eran huérfanos de padre y arribaron invitados por su hermano Alejo que había llegado meses atrás. Alejo es el cuarto hijo de una familia de 10 y salió de su pueblo porque no encontró trabajo y no tenia tierras para trabajar. Estaba casado con tres hijos cuando decidió partir para la ciudad que según el primo que lo animó, aquí “había trabajo de sobra.” Y como no, por esas fechas la maquiladora tuvo el año de mayor crecimiento de la década (3), y esta industria se constituyó en la principal fuente de empleo directo e indirecto de la ciudad.

Llegaron a una colonia de la periferia a la casa de sus primos y cuentan que eran aproximadamente 10 personas incluyendo a los niños y tenían dos cuartos de 4 mts. x 4 mts.. Se las arreglaban para acomodarse en dos camas dos sillones y debajo de la mesa de la cocina. Alejo consiguió trabajo en una herrería propiedad de su primo, mientras Silvano comenzó a trabajar en un puesto ambulante de pollos asados y Juan en una mueblería. Tres meses después, y a iniciativa de Silvano, decidieron traerse al resto de la familia a excepción de un hermano que estaba en EE.UU. Llegaron a unírseles en esta cuidad su mamá, tres mujeres y tres hombres mas, siendo el mas pequeño de 13 años de edad.

Se mudaron a esta humilde colonia después de vender “unas tierritas” en su pueblo Duranguense, y se compraron un terreno que incluía un cuarto grande de bloque y otro hecho de madera. Esta iniciativa convirtió a Silvano en el líder moral de esta familia, y a partir de aquí, él se hizo cargo de casi todos sus hermanos y de su mamá, comenzando así el sueño de una familia, que como muchas otras personas, llegaron a esta ciudad en busca de una mejor vida. (4)

Para el siguiente año este inexperto guía, comenzó a trabajar en una ferretería como dependiente y gracias a su empeño y a que aprendió rápido el oficio se ganó la confianza de su patrón, que le dejaba a él la responsabilidad de las compras y del manejo del personal del negocio.

Hasta 1993 Juárez pudiera considerarse una Ciudad tranquila con cerca de 800 mil habitantes (5). Nadie podemos olvidar las tardes en que familias enteras salían a “tomar el fresco” al frente de sus casas sin que nadie los molestara. Como olvidar también a los niños jugando tranquilamente en parques y en la calles de su barrio, y así muchas cosas que se podían realizar tranquilamente. Cd. Juárez era conocida por ser la primera sede en el país de la industria maquiladora de exportación. Este fenómeno atrajo a muchos compatriotas a emigrar a la ciudad para trabajar en las líneas de producción (6); creció la ciudad, creció el comercio, así como los servicios.

En este mismo año de 1993, Silvano se casó con Karina que también vivía en la misma colonia. El municipio encabezado por Francisco Villareal su presidente municipal, vendió terrenos a muy bajo costo y con facilidades al poniente de la ciudad, y Silvano y Alejo aprovecharon esto y compraron lotes en este punto de la ciudad. Mientras construían sus lotes, vivieron con la familia
Enríquez que ya habían remplazado el cuarto de madera por otro de bloque.
Las naves industriales estaban localizadas en distintos puntos de la ciudad, pero principalmente en modernos parques industriales construidos ex-profeso cerca de los puentes internacionales y algunas de ellas cercanas a las vías de comunicación internacional, y cercanas a unidades habitacionales donde viven gran cantidad de obreros. La mayoría de las naves industriales son construídas sin ventanas para evitar distracciones.

Las maquiladoras necesitaban las manos de las mujeres para ensamblar, coser y remachar productos bajo un estándar de producción, que las manos pequeñas de las mujeres realizarían con mayor destreza. También necesitaban cuerpos y mentes de mujer que asumieran, con mayor sumisión, un trabajo repetitivo de 9 o más horas al día. (7)

El trabajo del obrero y de la obrera se precarizó y se fue haciendo necesario que trabajaran al menos dos personas por familia por pequeña que esta fuera. Junto con la ciudad creció la pobreza; proliferaron las madres solteras y los divorcios, el abandono paterno y materno de niños y adolescentes; se proliferaron las cantinas y los "table dance", salones de baile y muchos otros sitios de diversión nocturna masivos y también comenzaron los feminicidios.

2.2 LAS MUERTAS DE JUAREZ.
El fenómeno más triste de la historia de Cd. Juárez y mundialmente conocido es LAS MUERTAS DE JUÁREZ. Fueron mujeres jóvenes y pobres, muchas de ellas obreras, otras estudiantes o trabajadoras de comercio de la ciudad. Se contabilizaron hasta 300 jóvenes víctimas pero la procuraduría de justicia no reconoció el número de victimas ni la magnitud del problema.

Datos de La Casa Amiga.
En el año 1995, con bastante experiencia acumulada en el ramo ferretero y con la llegada a su terreno recién construído, Silvano tiene la visión de poner un negocio propio. Pide un préstamo a su hermano que está en Estados Unidos y se hace micro empresario del oficio que aprendió en Cd. Juárez. Esta colonia donde vivía, aunque de reciente creación y a diferencia de otras, tiene todos los servicios públicos, a decir de algunos colonos de la misma. Tiene drenaje, agua, y luz aunque a la mayoría de las calles les falte pavimento. Todavía hasta estos días no hay escuelas. (8)

En ese tiempo proliferaron en la cuidad centenares de colonias o unidades habitacionales de las denominadas Infonavit o casas de interés social, que son la versión moderna de las unidades habitacionales popularmente llamadas “vecindades” donde campea la promiscuidad y el pandillerismo. Además, hubo la construcción de miles de viviendas paupérrimas en la periferia de la ciudad con materiales de desperdicio que ha dejado la maquila como paletas de madera, tambos, cartón, plástico, entre otros materiales de desecho (9). Con todo esto hace que a Silvano pronto le vaya muy bien en su negocio, por lo que adquiere otro terreno más para sus hermanos y construye una casa para su mamá en esta misma colonia.

Alejo por su parte se sale de la casa de su primo y construye en esta zona un cuarto de madera, el cual sirve también como puesto de dulces y refrescos que compra al mayoreo para darse una ayuda con el gasto. Un año después instaló su primera tienda de abarrotes por lo que dejó el trabajo que tenía y se dedicó exclusivamente a este nuevo negocio.

2.3 La voracidad de los empresarios juarenses y estadounidenses con sus grandes cadenas comerciales, llamadas tiendas de conveniencia, se asientan en estas colonias periféricas para acaparar los pocos ingresos de los obreros. No habrá escuelas o parques, pero sí hay un “Del Rio” y un OXXO, las cuales promueven todo lo relacionado con el alcoholismo, tales como: la feria de Juárez, feria del tequila, y festival del vino y la cerveza, en los cuales Cd. Juárez se convierte en la cantina mas grande del mundo, aumenta la prostitucion y se proliferan moteles y hoteles de paso para el desahogo sexual supuestamente liberal.

Para el año 2000 con excepción de Alejo y de Juan (Juan ya trabajaba también por su cuenta haciendo muebles y re-vendiéndolos), los demás hermanos ya dependían y trabajaban en la ferretería que había crecido considerablemente, incluso algunos cuñados y sobrinos de Silvano ya estaban con él en el trabajo diario. Según el INEGI había ya un millón doscientos mil habitantes en Cd. Juárez, sin contar a la población flotante. La industria maquiladora generaba cerca de 250,000 empleos (ver recuadro siguiente). Por estos años, se hizo mas palpable su tradición tanto hospitalaria por ser un lugar de paso, una ciudad de migrantes y de obreros y obreras, así como por ser forjadora de hombres y mujeres fuertes por el trabajo duro de las líneas de producción, del estándar y del bajo salario para sobrevivir.

2.4 Población






Fuente: Cd. Juárez antes y después de la maquiladora.






2.5 Una Visión Antropológica
Al siguiente año se inaugura la sucursal dos de la ferretería y para el año 2005 la tercera, y también pone una fábrica de bloque y Alejo pone otra tienda de Abarrotes. Los Enríquez cooperan con el aumento de la población ya que según cuentan, los nietos, sobrinos, bisnietos, y todo lo que se acumule de familia suman alrededor de 30 personas más de las 9 que llegaron en 1990.

Al cierre del 2007 se contabilizaron 320 homicidios mientras que en años anteriores el promedio era de 220 (10). Ante la ola de ejecuciones que había en la ciudad, el 27 de marzo del 2008 se implementó el operativo conjunto Chihuahua y llegan dos mil elementos del ejército y de la fuerza aérea y para mayo de este mismo año arriban 425 elementos de la Policía Federal; gradualmente llegaron a ser 8000 soldados para patrullar la ciudad.

El operativo no dio resultados y sí trajo a los ciudadanos juarenses un nuevo miedo y una constante amenaza. El operativo permitía los cateos a casas y negocios sin orden legal, además empezaron a aparecer delitos que no se tenían en la ciudad anteriormente proveniente de la delincuencia organizada. Se sabia de secuestros no denunciados, se reportaban extorsiones y pago de cuotas de protección, quema de negocios por negarse al pago y "carjacking", terminando el 2008 con un total de 1623 homicidios (11).

A los Enríquez también les tocó el pago de la cuota de protección y semanalmente pagaban cierta cantidad de dinero que durante algunas semanas se les cobraba, pero al parecer, por las rencillas de los grupos que se disputan la plaza los sujetos asignados al cobro de la misma dejaron de ir. Comentarios de algunos comerciantes de la zona indican que estas personas fueron acribilladas en otro más de los llamados ajustes de cuentas.

A pesar de lo prolífero que ha sido la familia desde su llegada a la ciudad, Silvano y Karina no habían tenido hijos suyos. En este año les salió la “oportunidad” de adoptar a una niña, hija de una pareja de drogadictos que por sus condiciones y por otras circunstancias, se la entregaron para que ellos la criaran y le dieran una mejor vida. Se hizo lo conducente para estos casos y la niña quedo formalmente registrada y pasó a engrosar las filas de esta familia duranguense. Era común ver a la nueva mama ir todos los días a misa con la niña recién nacida en brazos.
Para el día 13 de marzo del 2009 se anuncia la llegada de tres mil militares y el día 15 del mismo mes se realiza el primer convenio para que permanezcan desde esa fecha y hasta el 15 de septiembre del mismo año.

El día 21 de abril como todos los días desde que inició la bloquera (13), Silvano fue a refrescar los bloquees hechos ese día, nunca faltaba; era una especie de terapia y también era un reflejo de su constancia y dedicación. La mayoría de estas veces iba acompañado de su esposa y de su hija, y este día así fue. Terminando de regar la producción diaria se dispuso a cerrar el portón del negocio, mientras su pareja y su niña lo esperaban en el carro, llegaron tres individuos, uno de ellos lo encañonó por la espalda mientras el resto con las armas de fuego vigilaban. Le ordenaron que los acompañara, se resistió y el que lo encañonaba le soltó un disparo que no prosperó ya que el arma se le trabó, cosa que aprovechó Silvano para forcejear con él y desarmarlo, pero otro de los sujetos le asestó 6 disparos en diferentes partes del cuerpo y al ver esto los sujetos huyeron. Su esposa comenzó a llamar a sus familiares, llego Alejo rápidamente e intento llevarlo a recibir atención médica, Silvano siempre consiente, quiso esperar a que llegara la ambulancia y los soldados porque se sentía más seguro. Llegaron primero los militares, les dio datos y señas de los agresores y no hicieron nada a pesar de que había pasado poco tiempo, incluso lo trataron como delincuente. A pregunta expresa de una de sus hermanas de porqué no se movían, un militar le contesto, “por algo lo balearon”, cinco días después y sin recibir atención médica adecuada murió.

2.6 Homicidios.
En el año 2009 se reportaron dos mil seiscientos veinte tres homicidios según datos del centro de Pastoral Obrera de la Diócesis de Cd. Juárez; se incrementaron los secuestros y extorsiones; se fueron los militares y llegaron los federales; se dieron masacres sobresaliendo la ocurrida el 30 de enero del 2010 en Villas De Salvarcar donde murieron 15 jóvenes estudiantes, y la ciudad terminó este año como la más violenta del mundo.


III Juzgar
3.1. Yo he venido a que tengan vida y en abundancia Jn 10,10
En Cd. Juárez ha fracasado todo, “es un laboratorio donde se ensayan las peores políticas” (12), es un paraíso de Impunidad (13), y por esto y porque lo que está pasando en esta ciudad, la realidad social que describimos en su dinámica nos impacta, nos conmueve y nos da miedo. Para la iglesia es un deber permanente escrutar a fondo los signos de los tiempos ya que es necesario conocer y comprender el mundo en el que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones…GS 4

Durante un visiteo de domicilios con motivo de una misión parroquial en una parroquia del sur oriente de la ciudad, la dueña de una tienda de abarrotes platicaba del último pago que le dió al joven que le cobraba la cuota de la extorsión. “Llego como a la 11:00 de la noche, nunca había llegado a esa hora, tocó varias veces la reja e hizo sonar el claxon del carro. Primero se asomó mi esposo y me dijo quien era y salí yo, le intenté reclamar el porque tan noche, no pude, se le veía muy alterado y nervioso, como desesperado, venía acompañado de su esposa. Durante los meses que duro la extorsión, se hizo acompañar por una mujer, de la cual en alguna platica con el me dijo que era su esposa. Me dijo que tal vez era la última vez que me veía “ya que se iba a poner feo”. Se van a dejar venir los federales y esos van a arrasar con todo, no sé que vaya a pasar”

Todo alterado me siguió diciendo muchas cosas más de los federales, de sus jefes, de sus compañeros, pero no entendí ya que estaba muy nerviosa y mi esposo que por su diabetes estaba muy mal (esta enfermedad se le recrudeció a raíz de la primera ocasión en que se le solicito la cuota) me hacía señas de que le cortara la plática, lo único que le dije fue “Dios te Bendiga”. Él se altero más todavía, me grito que porqué le decía eso, que nadie se lo había dicho, y muchas cosas más, se subió al carro y se fue. Una semana después leyendo el periódico vi la noticia de una ejecución, y era él, lo supe por el carro y las características que dieron, nunca más lo volví a ver.

La distribuidora del refresco de coca cola me sugirió pintar la fachada de la tienda de blanco, a lo cual accedí sin pensarlo, no me han vuelto a solicitar cuota. Los clientes del barrio saben que tengo abierta mi tienda y que de las ventas a ellos me mantengo.
Como un mes después, mi esposo y yo estábamos viendo las noticias por televisión, estaba una señora desesperada porque a un hijo suyo lo levantaron los federales y no le daban razón de el, y era la mamá del muchacho que venía a pedir la cuota Enseguida de ella y también entrevistada estaba la mujer que vino aquella noche como a las 11:00 PM, “pidiendo justicia por su cuñado desaparecido.”

Jesús vino para que todos tengamos vida y en abundancia (Jn 10,10). En una sociedad, pues, donde son muchos los excluidos y marginados, sin condiciones de vivir como persona, este mensaje de vida sólo se presenta a contramano. Dios no está del lado de los que crucifican, sino del lado de los crucificados. Aun al ladrón crucificado le dice: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23,43). En una sociedad como la nuestra, seguir a Jesús, para anunciar el Reino significa asumir con él la misma lucha en defensa de la vida, participar con él del mismo destino, “estar con él en las tentaciones” (Lc 22,28), inclusive la persecución (Jn 15,20; Mt 10,24-25) y la muerte (Jn 11,16). Jesús anuncia a todos el Reino. No excluye a nadie. Pero lo anuncia desde los excluidos. Su opción es clara y su llamado también. No es posible ser amigo de Jesús y seguir apoyando un sistema que margina a tanta gente. Y si alguien quiere seguirlo le pone la alternativa: ¡O Dios o el dinero! Servir a los dos es imposible (Mt 6,24). “Anda y vende tus bienes, dáselos a los pobres...; después sígueme” (Mt 19,21).

Ante las amenazas del poder político, ya fuese de los judíos como de los romanos, Jesús no se intimidaba y mantenía una actitud de gran libertad (Lc 13,32; 23,9; Jn 19,11; 18,23). A los que quieran seguirlo él exige y manda: “¡Ustedes no sean así!” (Lc 22,26). Y recomienda que recen al Padre, para que mande obreros a su mies, esto es, que ayude al pueblo a tener buenos líderes (Mt 9,38). (14)

En un retiro de confirmaciones (los cursos de confirmaciones, en Cd. Juárez duran en promedio, de entre 3 a 6 meses y se imparten a jóvenes de 16 años en adelante) de una parroquia del centro de la ciudad, los dirigentes del retiro se dieron cuenta que la mayoría de los jóvenes que asistían, alrededor de 150, tenían una problemática “diferente” a los de su misma edad; ya que no eran los clásicos problemas juveniles sino ahora afloraron cosas como:
• El asesinato del papá, ya sea por que pertenecía a una banda del crímen organizado o por secuestro, o fué víctima de una extorsión y no la pagó.
• El abandono de alguno de sus padres y
• El abuso sexual por parte (sobre todo en el caso de mujeres, aunque también se dio en el caso de hombres) de la persona que llegó a suplirle.

Pero algo que llamó mucha la atención, fue que la inmensa mayoría del grupo, conocían, sabían, o tenían contacto con gente que se dedicaba a la violencia, incluso hubo algunos que habían participado en algún evento de este tipo.

Presentamos esta realidad no con el propósito de causar desaliento, sino para estimular a todos los que puedan mejorarla. La iglesia en América Latina ha tratado que el hombre “pase de situaciones menos humanas a más humanas”.DP 16

Los ejercicios cuaresmales se realizan en casas de las colonias; se visitan domicilios aledaños al hogar que será la base y se hace la invitación a los vecinos; nos ponemos de acuerdo en días y horario y el sacerdote entrega la temática para la reflexión.

De lunes a viernes son las reuniones, se escucha a la gente y se reflexionan a la luz de la palabra de Dios las cosas que de ahí van saliendo, se canta y se hace oración en comunidad, se agradece a la familia anfitriona y se cita para el día siguiente. El primero y segundo día transcurrieron normalmente con poca asistencia, (en su mayoría mujeres, amas de casa) pero los que llegaron se mostraron muy receptivos y participativos, comentaban la problemática del barrio, sus quehaceres, temores, y afanes.

3.2 En la localidad.
Las calles de esta colonia (al sur oriente de la ciudad) no tienen pavimento, y el alumbrado público esta deteriorado, habrá unos 2500 habitantes e igual numero de perros (sin exagerar), el sector tendrá unos 10 años de vida pero la mitad de las casas todavía no están terminadas, una calle principal divide en dos la colonia e igualmente los vecinos hacen referencia a esta división de la siguiente manera:

“De aquel lado (refiriéndose al sector poniente de la colonia) está muy feo, hay picadero (lugar donde venden droga) y está la pandilla más peligrosa y están los que asaltan; aparte existe mucha gente a la que los hermanos separados les construyeron su casa, les ayudan y por pura conveniencia se cambiaron de religión”

En este sector se realizaron los ejercicios cuaresmales. El tercer día de la reflexión se notó otro tipo de movimiento de los vecinos, los niños que siempre estaban jugando fútbol no jugaron; los invitados no llegaban y fuimos a buscarlos a sus casas y no querían salir. En la esquina de la casa base había mucha gente (la casa anfitriona se ubicaba a unos 50 metros de la esquina) y entre ellos sobresalía una jovencita de unos 16 años y su mamá, una señora de robusta con un tatuaje en el brazo. Alrededor de ellas había algunos señores y hombres jóvenes y la muchachita contaba dinero. La señora anfitriona de la casa nos dijo que ahí en la esquina vendían la droga. Los envoltorios los acomodaban debajo de las piedras y a este punto llegaban los compradores. En la casa de ellas ubicada a unos 100 metros de este lugar vendían también agua celeste (solvente químico), una droga de menor precio que al aspirarla provoca alucinaciones, este solvente es muy común en los adolescentes del sector.

La reunión comenzó casi 2 horas después de lo programado, pero ahora con otras gentes a la cuales las invitamos en el momento, el rumor que había y por lo cual las otras personas no asistieron, era que había aparecido una “pinta”, una barda fue pintada con aerosol cerca del lugar amenazando con matar a las personas que vendían droga. La reunión consistió en todo lo que pasa en el barrio, desde los niños que se drogan hasta los que se volvieron sicarios, pasando por los muertos que ha habido por estas causas, robos, niños abandonados, pobreza extrema, etc., etc., etc………………….

Al día siguiente la señora del tatuaje paseaba a una niña en una carriola, se detuvo a platicar con otra, no se escuchó lo que le preguntaron, sólo se escuchó la respuesta, “Cuando te toca, te toca”. Dos semanas después en ese lugar hubo una ejecución, y las noticias decían que había muerto un repartidor de pizzas. Un vendedor de verduras dio gracias a Dios porque había muerto quien a diario lo asaltaba.

Quien vive la experiencia de la conversión se dispone a acoger libremente el don de la fe, que da a su vida un horizonte nuevo y una orientación decisiva, ya que la fe libera del aislamiento del yo y lleva a la comunión. Los discípulos de Jesús somos llamados a ser un pueblo congregado por la comunión con el Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo. No hay discipulado sin comunión. La fe en Jesucristo la recibimos a través de la comunidad eclesial que nos acompaña y nos incorpora a esta realidad comunitaria que es el pueblo de Dios y que existe en el mundo como sacramento universal de salvación. La permanencia a esta comunidad concreta es una dimensión constitutiva de la vocación cristiana. (15) Bogar mar adentro es siempre arriesgado. Acercarse a hombres y mujeres que viven, sufren y luchan, supone una pasión por ellos. Es un acompañamiento en lo cotidiano que no rehuye la aventura. Es un camino de humanidad que transforma la mirada, modifica el lenguaje y crea vínculos. (16)

3.3.- Los cristianos constructores de la Paz.
La verdadera paz es el fruto de la justicia, no mera ausencia de guerra, ni equilibrio de fuerzas, ni temor ante una hegemonía despótica. La paz es una tarea permanente. Y es también fruto del amor, que supera la injusticia. El concilio llama insistentemente a todos los cristianos para que se unan a todos los seres humanos realmente pacíficos en la tares de restablecer la paz. GS 78

Para construir la paz lo primero que hace falta es eliminar las causas de la discordia, sobre todo las injusticias, las excesivas desigualdades, la lentitud de soluciones, el afán de dominio, etc. Estimúlese sin descanso la creación de organismos que promueven la paz. GS 83

La iglesia al predicar el evangelio contribuye a la consolidación de la paz. Es absolutamente necesaria la presencia de la iglesia en la comunidad de los pueblos para fomentar la cooperación de todos, tanto a través de las instituciones publicas como por colaboración de cada uno.
En algunas parroquias se dan cursos de Tanatología, se hace con el fin de que las familias de las víctimas de la violencia tengan consuelo para su dolor. Platicando con un tanatólogo decía que en los grupos que atiende se ha encontrado con familiares de víctimas y victimarios, estos últimos caídos también en circunstancias similares, a los que ellos ultimaron.

Área de oportunidad para la Iglesia son las pláticas pre-sacramentales que se imparten en las parroquias, Bautismo, Catecismo, Comunión Confirmación y Matrimonio. Como ejemplo de esto pondríamos a las confirmaciones. Para los jóvenes estos cursos son un oasis en el desierto, tomando en cuenta que para los llamados NINIS (Nombre que se les da a los jóvenes que no estudian, ni trabajan) tienen en la Iglesia un lugar donde se les escucha y se les orienta. En sectores de la ciudad donde se contabilizan 100,000 habitantes solo existen dos preparatorias oficiales, las cuales no se dan abasto para recibir a los egresados de secundaria, aunado a esto no hay trabajo, sólo hay IGLESIA.

Esta misión, por la que nos apropiamos el deseo del Padre de construir el Reino y de anunciar la buena nueva a los pobres y a todos los que sufren, exige en nosotros una mirada inocente que nos permita desenmascarar la obra del mal, denunciar con valentía las situaciones de pecado, evidenciar las estructuras de la muerte, de violencia, y de injusticia, con la consigna de vencer el mal con la fuerza del bien. (Cf. Rom 12,21). Nos exige además un estilo de vida pobre, siguiendo a Jesús pobre (Cf. Lc. 6, 20, 9,58) y anunciar el evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin poner la confianza en el dinero ni en el poder de este mundo) Cf. Lc. 10,4 ss). La iglesia, sacramento de reconciliación y de paz, desea que los discípulos y misioneros de Cristo sean también, ahí donde se encuentren, “constructores de paz”. (15)

IV Actuar
4.1 Acciones pastorales.
El espíritu esta sobre mí. Me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres…..LC 4,16-19
Por mucho la masacre de Villas de Salvarcar ocurrida el 31 de enero del 2010 y donde murieron asesinados 16 jóvenes, algunos de ellos integrantes del equipo de fútbol americano del CBTIS 128, es un parte aguas en todos los sentidos en esta ciudad. Imborrables las imágenes de ataúdes de muchachos entregados casa por casa por las compañías funerarias. Imborrable también la celebración Eucarística del Sr. Obispo en la calle donde sucedieron los hechos.

Imborrables los tres niveles de gobierno abocados a cumplir promesas, acciones y programas que nunca se cumplieron. Inédito también el momento en el que una madre que perdió a sus 2 hijos en este evento recrimina al Ejecutivo federal y le dice que no es bienvenido.

En este contexto se decidió invitar para la pascua juvenil del 2010 al equipo del CBTIS 128 y a dos de las familias que perdieron a sus hijos en esta masacre. La dinámica consistía en que el equipo de fútbol testimoniara ante aproximadamente 600 jóvenes congregados, los sentimientos de haber perdido a un amigo y aconsejaran los valores de la juventud y de la vida. Con los padres de las victimas tratamos de acercarnos con su testimonio al sufrimiento que sintió Maria, cuando crucificaron a Jesús, terminado esto se les daría el pésame evocando también parte del acto del viernes santo cuando se acompaña a Maria en su dolor.

Fue impactante lo que sucedió al momento de que todos los jóvenes reunidos hicieron filas y filas interminables para abrazar a estas familias desconsoladas y decirles que no están solos, la iglesia representada en estos muchachos se mostraba solidaria, sentía, vibraba y cumplía su Misión. Al final del evento una de las madres de familia dijo que ella había perdido la fe, que sentía que Dios no existía, pero que esto que había vivido la había hecho sentir que Dios existe y que no esta sola.

4.2 Otras acciones destacables serían las siguientes:
• La presencia del Sr. Obispo en los lugares de las masacres de Jóvenes de Villas de Salvarcar y de Horizontes del sur, acompañando y solidarizándose con las familias de los jóvenes asesinados.
• La acción de la Pastoral Obrera y de la Pastoral social de esta diócesis, que han convocado y señalado a la luz del evangelio las atrocidades de esta guerra.
• Como parte de este trabajo que han venido realizando se abrió un centro de Justicia y Paz para el acompañamiento de todas las victimas de la violencia Centro de derecho humanos Paso del Norte, este centro al igual que el anterior atiende víctimas además de vincular a las diferentes ONG de la ciudad y del mundo para actividades públicas de denuncia, tales como marchas y ayunos.
• En estos actos se ha señalado la impunidad de los asesinatos de Mujeres y de jóvenes.
• En algunas de las parroquias de Cd. Juárez se han han creado centros comunitarios donde se estudia y reflexiona, se hace deporte para componer el tejido social según sea la circunstancia propia del sector.

Agregamos algunas propuestas para animar y provocar un cambio en la mentalidad de este Pueblo de Dios, porque es posible un Nuevo Juárez.
Seria inútil querer abarcar todo, sólo nos detendremos en las cuestiones que han alcanzado particular relevancia en los últimos tiempos DA431

4.3 Sacerdotes
Es necesario que los sacerdotes se comprometan con su pueblo. Den los presbíteros prioridad en su ministerio al anuncio del Evangelio a todos, pero muy especialmente a los más necesitados (obreros, campesinos, indígenas, marginados, grupos afro-americanos), integrando la promoción y defensa de su dignidad humana. DP 711

Comprométanse en la incorporación del laicado y de las religiosas en la acción pastoral cada vez con más activa participación, dándoles el debido acompañamiento espiritual y doctrinal. DP 714
Tienen por deber primero anunciar a todos el evangelio de Dios. La predicación no ha de ser general y abstracta, sino aplicada a las circunstancias concretas. PO4

Reconociendo su valor y su entrega en el trabajo que muchos sacerdotes vienen realizando en algunos centros de la ciudad se propone y recomienda una pastoral que:
a).-Responda a los desafíos de la creciente urbanización.
b) Sea capaz de atender a las variadas y complejas categorías sociales, económicas, políticas y culturales: pobres, clase media y élites.
d) Se abra a nuevas experiencias, estilos, lenguajes que puedan encarnar el Evangelio en la ciudad.
e) Transforme a las parroquias cada vez más en comunidades de comunidades.
g) Integre los elementos propios de la vida cristiana: la Palabra, la Liturgia, la comunión fraterna y el servicio, especialmente, a los que sufren pobreza económica y nuevas formas de pobreza.
h) Difunda la Palabra de Dios. La anuncie con alegría y valentía y realice la formación de los laicos de tal modo que puedan responder a las grandes preguntas y aspiraciones de hoy e insertarse en los diferentes ambientes, estructuras y centros de decisión de la vida urbana.
i) Fomente la pastoral de la acogida a los que llegan a la ciudad y a los que ya viven en ella, pasando de un pasivo esperar a un activo buscar y llegar a los que están lejos con nuevas estrategias tales como visitas a las casas, el uso de los nuevos medios de comunicación social, y la constante cercanía a lo que constituye para cada persona su cotidianidad.

4.4 Laicos comprometidos
La misión del laico encuentra su raíz y significación en su ser más profundo, que el Concilio
Vaticano II se preocupó de subrayar, en algunos de sus documentos.

El bautismo y la confirmación lo incorporan a Cristo y lo hacen miembro de la Iglesia, y participa a su modo, de la función sacerdotal, profética y real de Cristo y la ejerce en su condición propia; la fidelidad y la coherencia con las riquezas y exigencias de su ser le dan su identidad de hombre de Iglesia en el corazón del mundo y de hombre del mundo en el corazón de la Iglesia DP 786
Los discípulos y misioneros de Cristo deben iluminar con la luz del Evangelio todos los ámbitos de la vida social. La opción preferencial por los pobres, de raíz evangélica, exige una atención pastoral atenta a los constructores de la sociedad. Si en muchas de las estructuras actuales se genera pobreza, en parte se ha debido a la falta de fidelidad a sus compromisos evangélicos de muchos cristianos con especiales responsabilidades políticas, económicas y culturales. DA 501

Hacemos un llamado urgente a los laicos a comprometerse en la misión evangelizadora de la Iglesia, en la que la promoción de la justicia es parte integrante e indispensable y la que más directamente corresponde al quehacer laical, siempre en comunión con los pastores. Para que los habitantes de esta ciudad puedan encontrar en Cristo la plenitud de la vida se propone lo siguiente:

a) Un estilo pastoral adecuado a la realidad urbana con atención especial al lenguaje, a las estructuras y prácticas pastorales así como a los horarios.
d) Un proceso de iniciación cristiana y de formación permanente que retroalimente la fe de los discípulos del Señor integrando el conocimiento, el sentimiento y el comportamiento.
c) Procesos graduales de formación cristiana con la realización de grandes eventos de multitudes, que movilicen la ciudad, que hagan sentir que la ciudad es un conjunto, es un todo. Que sepan responder a la afectividad de sus ciudadanos y en un lenguaje simbólico sepan transmitir el Evangelio a todas las personas que viven en la ciudad.
d) Estrategias para llegar a los lugares cerrados de las ciudades como urbanizaciones, condominios, torres residenciales o aquellos ubicados en los así llamados tugurios.
e) La presencia profética que sepa levantar la voz en relación a cuestiones de valores y principios del Reino de Dios, aunque contradiga todas las opiniones, provoque ataques y se quede sola en su anuncio. Es decir, que sea farol de luz, ciudad colocada en lo alto para iluminar.
f) Una mayor presencia en los centros de decisión de la ciudad tanto en las estructuras administrativas como en las organizaciones comunitarias, profesionales y de todo tipo de asociación para velar por el bien común y promover los valores del Reino.
g) La formación y acompañamiento de laicos y laicas que, influyendo en los centros de opinión, se organicen entre sí y puedan ser asesores para toda la acción eclesial.

No podemos desaprovechar esta hora de gracia. ¡Necesitamos un nuevo Pentecostés!

¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de “sentido”, de verdad y amor, de alegría y de esperanza! No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos, sino urge acudir en todas las direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual del Señor de la historia, que Él nos convoca en Iglesia, y que quiere multiplicar el número de sus discípulos y misioneros en la construcción de su Reino en nuestro Continente. Somos testigos y misioneros: en las grandes ciudades y campos, en las montañas y selvas de nuestra América, en todos los ambientes de la convivencia social, en los más diversos “areópagos” de la vida pública de las naciones, en las situaciones extremas de la existencia, asumiendo “Ad Gentes” nuestra solicitud por la misión universal de la Iglesia. DA547

V. Conclusión
El año 2010 según el centro de Pastoral Obrera de Cd. Juárez termino con un total de 3156 homicidios, otro reporte indica que en los últimos 3 años 273,000 habitantes sufrieron un desplazamiento forzado, tras haber sido víctima de algún delito, lo que obligo a la mitad de ellos, unos 135 mil, a refugiarse en El Paso, Texas.(17) . A continuación relato varios sucesos de dicha violencia.

1) Un sacerdote platicaba que una de las cosas que más le dolía de lo que pasa en la ciudad, es que al preguntarle a un niño de 8 años que quería ser de grande el le contesto “SICARIO”. Para el "ombudsman" estatal el cálculo de huérfanos por la inseguridad es de 12 mil (18). La respuesta al Padre tal vez se da por deseos de venganza, si no, pregúntele al niño que pidió llenaran una alcancía para comprar una bomba y “ponerla en el canal de televisión en el que mostraron la cabeza degollada de su papa” (18).

2) En un Reten de federales, detuvieron a un joven de 16 años en la camioneta de su papa, la había pedido prestada para ir a ver a su novia; no le encontraron nada y de todas maneras lo detuvieron. Estuvo desaparecido 3 días, los padres hicieron el reporte de desaparición al día siguiente pero les dijeron que deberían de esperarse 72 horas para que pudieran considerarlo como desaparecido, de cualquier forma la camioneta la reportaron como robada. En la madrugada recibieron una llamada de un número desconocido, la voz del hombre, aparte de insultarlos con cualquier cantidad de majaderías, les ordenó que no pusieran ninguna denuncia, fue todo, colgó antes de poder preguntarle algo. Al tercer día apareció el muchacho en despoblado solo vestido con su ropa interior, llego caminando hasta una casa donde pidió ayuda y de ahí le hablaron a su familia que rápido fue por el. La camioneta apareció la tarde siguiente en otro punto de la ciudad.

Les contó a sus padres que lo detuvieron por traer fotos de armas en su celular. Uno de los policías se quito su vestimenta y se la pusieron a él, mientras que el federal sin la indumentaria manejaba la "troca" del papa. Le pusieron el casco y la camisola, lo subieron en la “pick up” de la federal y lo sentaron en medio de esta apuntándole por la espalda. Le obligaron a guiarlos hasta su domicilio y pasaron enfrente del mismo, y terminando esto, en otro sitio le quitaron la ropa que le habían “prestado” y lo amarraron de pies y manos, le colocaron una tela en los ojos y lo cambiaron de patrulla. Tirado en el piso y por las platicas que escuchaba se dio cuenta de que viajaba con un muerto al cual tiraron más adelante. Lo llevaron a algún lugar desconocido, siempre amarrado y vendado de los ojos le colocaron toques eléctricos en los genitales y lo golpearon, siempre confeso lo mismo, nunca cambio la declaración, así estuvo todo el tiempo y no le dieron de comer. Hijo de un catequista, la única explicación que su padre encuentra para que haya salido con vida es DIOS.

Las calles de la ciudad están desiertas, los fraccionamientos atrincherados, los comerciantes al igual que los Enriquez pagan extorsiones, los muertos siguen cayendo, y la autoridad……….
Yo quisiera hacer un llamamiento de manera especial a los hombres del ejército, y en concreto a las bases de la guardia nacional, de la policía, y de los cuarteles:
“Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y ante una orden de matar que dé un hombre, debe de prevalecer la Ley de Dios que dice: NO MATAR... Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios... Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla... Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado... La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el Gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre... En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión...!” (18)

Notas y Referencias.
1. Wilkipedia
2. Cd. Juárez antes y después de la maquiladora una visión antropológica
3. Dr. Cutberto Arzate Soltero UACJ
4. Cd Juárez antes…….
Años Establecimientos Empleados
1986 180 86,526
1990 288 160,000
1992 267 128,901
1994 232 140,047
2000 308 249,509
2002 313 215,000
2010 315 187,841
5 Siendo Durango, Coahuila, Zacatecas, Distrito Federal y Jalisco los principales estados que proporcionaron migrantes con 31 %, 18 %, 15 %, 5 % y 3 % respectivamente.
6 INEGI 1990. De acuerdo a diversos investigadores y conocedores de la localidad, la población total podría ser mucho mayor debido a la alta población flotante que existe. Aquí habría que tomar en cuenta la gran cantidad de familiares de los obreros de las maquiladoras que se encuentran al cuidado de su familia y de sus bienes. Otro grupo numeroso lo constituirían las personas que durante largo tiempo preparan su traslado al vecino país del norte y, por último, el grupo constituido por la gran cantidad de “residentes legales” del país vecino.
7 María Elizabeth flores Cd Juárez Vive del Luto Centro de Pastoral Obrera Diócesis de Juárez.
8 Proceso 1786/Pág. 9 “Es la primera vez que va a haber escuelas en esta zona. Es el pago a una deuda histórica, porque la escuela estaba dirigida a la clase media”. Entrevista a Teresa Almada con respecto a la construcción de cuatro escuelas de bachillerato
9 Cd. Juárez antes y después de la maquiladora una visión antropológica Dr. Cutberto Arzate Soltero UACJ.
10 centro de pastoral obrera área de justicia y paz
11
12 http://www.radiobemba.org/index.php/archivos/doc/cd_juarez_laboratorio_social_donde_ensayan_peores_politicas_gobiernos_de_me/
13 http://www.diario.com.mx/notas.php?f=2011/01/16&id=220a28d91d432aea33914e8221093ead http://www.diario.com.mx/notas.php?f=2011/01/06&id=c406352689a1b52e9aa547ad8c75ece1
14 Carlos Mesters OC Con Jesús a contramano en defensa de la Vida
15 que en “Cristo nuestra PAZ México tenga vida digna” CELAM Exhortación pastoral del Episcopado Mexicano109-147-157-159
16 UNA IGLESIA QUE NO SIRVE NO SIRVE PARA NADA Jacques Gaillot, Obispo de Évreux,
17 El Diario, México, D.F., 2011-04-17
18 La Jornada 14-04-11. 23 de marzo 1980 última homilía de Mons. Óscar Romero
19 APARECIDA 258-259

Abreviaturas
GS - Gaudium et Spes, Constitución pastoral sobre la iglesia en el mundo actual
DP- CELAM Documentos conclusivos Puebla
PO - Presbyterorum Ordinis, Decreto sobre el ministerio y vida de los Presbíteros
DA-CELAM Documentos conclusivos de Aparecida.



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“Relación de la violencia y la inmigración en la frontera USA-México, en ambos Nogales”

Por Presbítero Viliulfo Valderrama [PDF format] [Return to homepage]

Fr. Viliulfo Valderrama is originally from the State of Puebla in Mexico.
In 1990 he was invited to have a pastoral experience in the border city San Luis Rio Colorado, Sonora Mexico, where he felt the call to work with the Hispanic migrant Church in the USA. He was ordained priest for the diocese of Tucson in 1996. Among other pastoral activities he has collaborated with the Jesuits in the Kino Iniciative in Tucson to promote the human dignity of the undocumented migrants. He coordinates humanitarian help to deported migrants in Nogales Mexico; and works with several groups defending and promoting human rights.


I. LA PAZ QUE NOS ROBARON





El entorno es violento;
El grito por la vida se oye desesperado.
La ola
de violencia que azota la comarca
deshace los discursos de la paz,
silencia los sermones del amor;
opaca los rayos del bien;
el
prejuicio y la intolerancia
encuentran sus epicentro en el corazón,
aquel sagrado recinto
ahora envenenado por el odio.
¿Es que acaso la
Civilización del Amor
es solo un sueño, una vana quimera,
o una ilusión
de infantiloides?
Los seguidores de Cristo elevan sus plegarias al
Altísimo y le preguntan:
¿acaso tus Hijos se han vuelto locos?
¿porqué
se destruyen unos a otros?
Y el Altísimo usa su alfabeto: el
silencio, más elocuente que el trillado discurso.
¿Quien nos robo la
paz? insiste el conturbado espíritu.
Y Dios, con una lágrima en los
ojos, solo recoge a los caídos.
Por P. Viliulfo Valderrama

II. PERCEPCION DE LA REALIDAD: (VER)

a. Reflexión pastoral: La frontera de Ambos Nogales

Un grupo de feligreses de san Felipe de Jesús en Nogales, Arizona, aceptaron la invitación de llevar alimentos a sus compatriotas que diariamente son deportados en la garita Mariposa, de la zona fronteriza de Nogales, al otro lado de la frontera. Nadie sabia que esperar; en el grupo todos se veían con animo y con el firme deseo de vivir la caridad, y solidarizarse con los hombres y mujeres que cada día son aventados a los basureros de la marginación, en un país como México, que lo ha despojado de todo, menos de su deseo insaciable de buscar nuevos horizontes.

Cruzamos finalmente la frontera, con algunos víveres y, al llegar al lugar de la cita, guiados por nuestro líder, todos contemplamos atónitos el estremecedor panorama. Es una verdadera tragedia que en una frontera internacional como esta -con una línea divisoria de 3,138 Km. (1950 millas)- el gobierno no tenga un lugar digno para recibir a los compatriotas que fracasaron en su intento de cruzar el desierto, arriesgando sus vidas, en busca de un porvenir mas digno para sus hijos. (Las estadísticas muestran que un 30% de la población mexicana depende de las remesas). El lugar era totalmente improvisado; había una carpa vieja, con una mesita, unas cuantas sillas, un refrigerador pequeño e insuficiente, un trailer de la cruz roja, con algunos medicamentos.

Con mas ánimos que recursos, un grupo de voluntarios esperaban ahí, como cada día, con la esperanza de que algún “buen samaritano” les tienda la mano. Un grupo cristiano repartía folletos con el salmo 23; también se habían dado cita los “coyotes”, para vender nuevamente la idea del “sueno americano”, a los desesperanzados transeúntes. La frase evangélica de que “el trigo y la cizaña crecen juntos” ahí cobraba vida.

El encargado aseguraba que era imposible ahuyentar a los “coyotes”. Su preocupación era mas bien otra: con un solo carro es difícil canalizar a los deportados a los distintos albergues –hay solo cuatro en la ciudad, y solo uno del gobierno- que están llenos hasta el tope. Las deportaciones se suelen realizar en la mañana, y en la tarde. En la tarde se deportan a mujeres y niños, lo cual es un riesgo mayor: las mujeres y los niños son más vulnerables y están expuestos a mayores abusos. En ese momento llego un grupo de migrantes recién deportados. Se les ofreció comida y agua, y la mayoría rehusó la oferta, por lo menos al principio. El aguijón de la desesperanza esta profundamente clavado en sus corazones. Unos de ellos decían: “Ni hambre tenemos”, (quizás su hambre mas grande es que se les haga justicia). Otro, con lagrimas en los ojos pedía una oración.

Una familia estaba ahí, esperando su turno para cruzar; cuando se intento persuadirlos de que no lo hicieran; de que el desierto es mortal, su argumento fue lapidante: “de cualquier manera, morimos lentamente en nuestro pueblo”.

¿Que más podemos hacer? decían en el grupo, ¿como podemos ayudar más eficazmente? Muy buena pregunta. Por ahora nuestra labor es asistencial, aunque uno sabe que el problema es estructural y endémico, que requiere soluciones de raíz. Los migrantes enfrentan varios retos: son expulsados del país con el hombre más rico del mundo. Aquí son rechazados por una sociedad que ve la emigración como una invasión masiva. Y en la frontera son presa fácil del abuso y la extorsión. Pero México es el primero en violar sus derechos, por la falta de oportunidades. Los datos revelan que 18 millones 790 mil mexicanos – el 18.2 %- sufren de “pobreza alimentaria”, la peor forma de marginación, porque quienes la padecen no alcanzan a cubrir lo mínimo para comer y nutrirse. Además, 25 millones 950 mil mexicanos padecen pobreza de capacidades -insuficiencia del ingreso para adquirir la canasta alimentaria y pagar los gastos en salud y educación-, y 49.7 millones sufren pobreza de patrimonio.

El papa Juan Pablo II exclamo ante las autoridades mexicanas: “Respetad al hombre, ¡El es imagen de Dios! El papa Paulo VI califico al sistema económico de “desventurado y nefasto, de inicuos resultados”. Los migrantes son, como dijera el documento de Puebla, los “rostros sufrientes de Cristo”, que han sido alcanzados por el aguijón de la pobreza, “el mas devastador y humillante de los flagelos”. Dicen los obispos latinoamericanos: Vemos, a la luz de la fe, como un escandalo y una contradiccion la creciente brecha entre ricos y pobres”. Por eso es una lastima que en la frontera se aplacen acuerdos bilaterales que salvaguarden la dignidad; y que una reforma migratoria integral, que conviene a ambos países, todavía sea cuestión de retórica; es mas vergonzoso que México tenga al hombre mas rico del mundo, -que suma 68,800 millones de dólares en su haber- extinguiendo con ello a la clase media.

Los políticos mexicanos se sienten indignados por la idea de un muro fronterizo militarizado, pero no con la idea de que 10 familias mexicanas poseen el 60 % de los bienes. Hoy ya nadie discute que es la corrupción y el abuso de nuestro sistema lo que ha generado la pobreza extrema. Es cierto que el ser humano tiene derecho a emigrar; pero ningún ser humano debe ser obligado a emigrar. México, con su cultura de corrupción, obliga a los mexicanos a emigrar, y esa es una violación a la dignidad humana. Los mexicanos que viven legal o ilegalmente en los Estados Unidos -unos 21 millones- son la clase media que México ya no tiene, porque la expulso de su territorio. Irónicamente, y en un gran gesto de solidaridad humana, son la clase que mantiene la estabilidad económica del país –por ejemplo, los datos revelan que en el 2006 se enviaron 26 billones de dólares a México. Pero “los hijos de la tinieblas son más astutos que los hijos de la luz” (Lc.16, 1-13): conviene al sistema, seguir generando pobreza, porque esta a su vez genera cuantiosas ganancias; y hoy es ya más redituable la emigración de los pobres que la industria petrolera.

En el análisis final, podemos establecer que la emigración desde Latinoamérica al “norte” va a continuar, a menos que cambien los sistemas económicos de ambos países. En la arena pública hay que luchar por una política migratoria mas humana y honesta. En la esfera de la fe, hay que reconocer a los “rostros sufrientes de Cristo”, que viven en la frontera y que mueren en el desierto; y hay que hacer algo por ellos. Leonardo Boff dice: “nuestro sueno no reside en una sociedad pobre, o una sociedad rica, sino en una sociedad justa, fraterna, solidaria, democrática y sensible al misterio que atraviesa la existencia humana”. (Articulo de Viliulfo Valderrama publicado en el periódico "The New Vision" de la diócesis de Tucson en Noviembre del 2007)

b. Los síntomas de la dialéctica violencia-inmigración

1. Aumento preocupante de asesinatos en la zona fronteriza debido a conflictos entre los carteles de las drogas. Los carteles, sin ningún tipo de ética ni sentido de respeto por la dignidad de las personas, se pelean las plazas, enfrentándose unos a otros mediante tiroteos en las vías publicas, y poniendo en peligro las vidas de los ciudadanos en transito.

2. Aumento considerable del contrabando de drogas y armas en la zona americana de la frontera. Aun con todas las aparentes medidas de ambos gobiernos, el hecho palpable es que las drogas y las armas esta disponibles, al mejor postor. Las drogas vienen del sur; las armas van hacia el sur. Los jóvenes son una población con altos niveles de vulnerabilidad. En la última semana de Octubre del 2010 un joven de la parroquia de san Felipe de Jesús fue asesinado cruelmente con varios balazos en el cerebro en Tucson y, dos días después, el cuerpo sin vida de su novia fue encontrado en un terreno baldío contiguo al aeropuerto con marcas de tortura. Estos hechos son el pan de cada día. Muchos jóvenes, incluyendo menores de edad, son presa fácil del contrabando de drogas. En Tucson, hace solo unos días (el 8 de enero 2011) hubo un caso que conmovió a la nación entera: El joven Jared Lee Loughner, de 22 anos de edad intento asesinar a la congresista Gabrielle Giffords en una reunión política y en su fallido intento asesino a 8 personas, entre ellas se encontraban el juez federal John Roll y la niña de 9 años Christine Taylor Green.

3. Las estadísticas sobre el crimen han generado un clima de tensión permanente en la ciudadanía. El diario Imparcial de la zona, en su edición del 11 de Enero del 2011, señalo que el 2010 cerró con 600 homicidios intencionales en el estado de Sonora. De ellos, 412 fueron con arma de fuego. Los años anteriores arrojaron estas cifras: en el 2009 hubo 498 muertos; en el 2008 hubo 393 homicidios; 308 en e l 2007 y 238 en el 2006. La cifra es ascendente. En el 2010, después de Hermosillo, Sonora, Nogales, Sonora tuvo la incidencia más alta de crímenes en el estado: 202 muertes violentas. Ni los operativos policiales ni la militarización de de la zona con soldados federales parece poner un freno a la cifra ascendente de crímenes violentos. Incluso, se dice que, desde el 2007 han sido asesinados 10 mexicanos colaboradores de la DEA y 51 contactos del FBI (Revista Proceso, num. 1783).

4. La violencia del crimen organizado en esta zona ha aumentado su brutalidad. Las decapitaciones y la colocación de los cuerpos desmembrados en los lugares públicos son un común denominador.

5. Aumento considerable de la adicción a las drogas en la zona americana de esta frontera. La misma proliferación de centros de rehabilitación en la zona indica que se trata de responder a una realidad social que es cada vez más demandante.

6. Crisis económica grave en los pequeños negocios fronterizos que ven una considerable disminución en el número de turistas que cruzan la frontera para ir de compras al territorio mexicano. Esto en buena parte es debido a la tendencia sensacionalista del periodismo actual y a comunicados del gobierno americano a sus conciudadanos alertándolos de la violencia en México.
7. Sofisticación de los métodos para la infiltración y tráfico de droga hacia los Estados Unidos usando nuevas tecnologías de vanguardia y con ofrecimientos monetarios mayúsculos para extorsionar a las autoridades de ambos países.

8. La cotidianidad de la muerte, la violencia, el robo, el secuestro, etc. propiciado por la falta de censura a la prensa, que conduce a una insensibilización de la población. Para muchos jóvenes, ver morir a alguien no espanta ni aterroriza. Como dice Alejandra Lajaous en su articulo Violencia y Medios (revista Este país, numero 237): “No informar es malo, pero hacerlo con morbo y fuera de contexto es desinformar” La prensa sensacionalista desinforma.

9. El sentido de frustración de las autoridades, las cuales sienten que están perdiendo la guerra contra el tráfico y consumo de drogas.

10. El sentimiento colectivo de que en la “frontera no hay ley”, lo cual causa gran temor entre los ciudadanos que los paraliza y les impide desplazarse con facilidad para el ejercicio de sus tareas cotidianas.

11. La falta de un discurso permanente contra la violencia -sus posibles causas e implicaciones morales- presente en la iglesia católica, la cual generalmente solo se pronuncia públicamente después de algún suceso violento por medio de alguna carta pastoral en la que se exhorta a los ciudadanos a rezar por las victimas.

12. La falta de una pastoral migratoria integral en las parroquias de la frontera que capacite y eduque a los agentes de pastoral en el tema de la doctrina social de la iglesia católica. Pastoralmente, en la frontera cada párroco hace lo que puede, y hay otras situaciones en que el mismo párroco no cree que la iglesia debería inmiscuirse en “asuntos de política”. Un cierto tipo de tendencia conservadora en algunos sectores del clero frena la propagación de la doctrina sobre los derechos humanos desde la perspectiva de Cristo.

13. El surgimiento de un sentimiento xenofóbico, antiinmigrante en ciertos grupos de poder, lo cual ha conducido a elaborar propuestas de ley tendenciosas con un corte racista, según la critica internacional, violatorias de los derechos humanos.

14. Falta de ecumenismo en las diferentes iglesias, que no están muy abiertas a la creación de proyectos de defensa de los derechos humanos que agrupen a líderes cristianos en un solo frente, para combatir la violencia.

III. ANALISIS DE LA REALIDAD. JUZGAR / DISCERNIR

a. Reflexión pastoral: La meta-compasión de Jesús y el proyecto Kino

Uno de los términos bíblicos mas fascinantes en profundidad filológica es el termino griego splangnizomai. Dicho termino se encuentra en el clásico texto mateano que describe la compasión de Jesús frente al sufrimiento de su pueblo: “Viendo a la muchedumbre, Jesús tuvo compasión porque estaban vejadas y abatidas…”. (Mt 9,36). En castellano no existe una traducción exacta del término. La palabra latina “compasión” es limitada y no capta su riqueza.

Mas aun, la explicación de splangnizomai es difícil de entenderse en la mentalidad occidental.
Ante el sufrimiento, Jesús experimento un movimiento visceral; un dolor de extrañas; los síntomas de un ataque de pánico; un derrumbamiento psíquico y fisiológico; un agudo dolor como de parto complicado. La versión anglosajona del “He had pity” presenta la misma complicación. Si se castellanizara el término se tendría que decir que Jesús tuvo metacompasión o megacompasión. Cuando Jesús contemplo la degradación del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, sintió un torbellino en sus entrañas. Niveles profundos de sufrimiento hacen sufrir al mismo Dios. Es como decir que Dios no solo tiene corazón sino también extrañas. Así es Dios, y en su infinita ternura, siente que se le derriten las entrañas ante el sufrimiento, incluso el del mas insignificante de los gusanos. Esta metacompasión podría compararse con misericordia (miserere=miseria y cordia=corazón) que es “sentir la miseria del otro en nuestro corazón”, lo cual es ya un avance. Pero el término griego es más rico en su contenido.

Pues bien, los seguidores de Cristo, que son llamados a servir a los migrantes deportados, deben sentir esta dinámica del espíritu. Su labor humanitaria no es solo un apostolado mas, con tintes filantrópicos. Es una experiencia mística: descubren los rostros sufrientes de Cristo, que se presenta disfrazado a la vera del camino, para ver si los epulones de hoy lo descubrimos. Tenemos el privilegio –y desafió- de estar tan cerca del escenario donde se violan los derechos humanos a cada instante. Si no se es capaz de descubrir a ese Cristo deprimido, cansado, hambreado y deshidratado, entonces el culto al Dios de la vida se torna idolátrico (porque no aterriza en un compromiso con la dignidad de la vida).

A ellos, el instinto los obliga a cruzar el desierto, con el deseo firme de llevarles un pedazo de pan a sus hijos, que esperan en algún rincón de latinoamérica. A nosotros la metacompasión de Jesús debe inspirarnos a acompañarlos en su jornada. La pastoral migratoria es un ministerio sui generis; un apostolado por excelencia; es un imperativo moral y categórico. No se puede bajar la guardia ni un solo instante. No se debe huir al compromiso. El proyecto Kino, aun con sus matices ignacianos, es un proyecto de la iglesia universal. No es exclusivo de la Compañía de Jesús. Nos interpela a todos. Debe unir a todas las espiritualidades, incluso a las de los grupos parroquiales mas contemplativos. Las misioneras de la Eucaristía –por ejemplo-no solo ven la presencia real de Cristo en la Hostia consagrada, sino también en el Cristo disfrazado de angustia, de depresión, de desesperación y de desesperanza.

El proyecto Kino servirá de catalizador del compromiso de los grupos apostólicos, del clero diocesano, y de los laicos. Es un grito profético para saltar de la apatía e indiferencia religiosa a la metacompasión de Jesús. En la frontera hay mucho por hacer para frenar la agonía de Cristo. El proyecto Kino es una invitación a ser contemplativos en la acción. Todos debemos unirnos para vivir el ideal del evangelio en su opción por los ultrajados de la zona. A cada instante se puede ver el rostro pálido de Cristo: en jóvenes deprimidos, en niños desorientados, en mujeres mancilladas, en hombres heridos y llagados. Para ellos no hay una repatriación digna. Son empobrecidos en el país del hombre más rico del mundo. Y son rechazados en el país más poderoso del planeta. El aguijón de la desesperanza esta clavado en sus corazones. ¿Y que ha hecho la iglesia católica para aliviar su dolor? ¿Qué hacen los gobiernos para mitigar sus llantos?

En la iglesia y en la humanidad hay un patrimonio humanitario vasto en contenidos éticos, que debiera usarse con el mismo ardor del papa León XIII. Claro, el fenómeno migratorio es complejo y ello exige una pastoral orgánica en la que se involucre toda la iglesia. Una sola persona, o grupo no es la solución. Un individuo podría caer en la fatiga de la compasión, porque los desafíos son interminables. Hay que recordar el adagio evangélico: “Los hijos de la tinieblas son mas astutos que los hijos de la luz”. . El mal puede contrarrestar las buenas intenciones de la iglesia. Por eso, debe haber un excelente enlace entre la iglesia de las comunidades expulsoras, de las de transito y de las de destino. La iglesia de los pueblos expulsores debe promover mejor la doctrina del destino universal de los bienes, y proveer análisis de la realidad menos funcionalista –“hay pobres y hay ricos”- y mas dialécticos –“hay pobres porque hay ricos”.

¿Como se explica que en los continentes más católicos del mundo, existan las diferencias sociales más aberrantes? La denuncia profética en esos entornos es un imperativo de la fe.

En los pueblos de paso es necesario crear una cultura de la acogida, basada en la metacompasión de Jesús. Es evidente que en México –país de transito- a cada minuto se violan los derechos de los migrantes centroamericanos. Los albergues y centros de hospitalidad son primordiales. Ahí, los laicos juegan un papel primordial, y pueden recuperar la dimensión mística de la justicia social: Cristo es el viandante asaltado a la vera del camino.

En los lugares de destino –Estados Unidos, Canadá, Europa- es necesaria una pastoral de la bienvenida, de la integración, de la inculturación, del respeto al extranjero, para ayudarles a no estar condenados al anonimato y las tinieblas. Al final de cada jornada, los defensores de los derechos humanos tendrán que reflexionar en el poema del Malawi que dice:

• “Tenia hambre, y ustedes han fundado un club con fines humanitarios, en donde se discute sobre la falta de alimentos. Les estoy agradecido.
• Estaba en la cárcel, y ustedes han ido a la iglesia a rogar por mi liberación. Les estoy agradecido.
• Estaba desnudo, y ustedes han examinado las consecuencias morales de mi desnudez. Les estoy agradecido.
• Estaba enfermo, y ustedes han caído de rodillas para agradecer al señor el haberme dado la salud.
• Vivía sin techo, y ustedes me han predicado los recursos del amor de Dios.
Parecen tan piadosos, tan cerca de Dios. Pero todavía tengo hambre, estoy todavía solo, desnudo, enfermo, prisionero y sin techo, tengo frío…” (Articulo del P. Viliulfo Valderrama publicado en el periódico "The New Vision" de la diócesis de Tucson)

b. Diagnostico de un problema complejo en la frontera de Nogales

La frontera entre Nogales, México y Nogales, Arizona, -conocida como “ambos Nogales”- siempre ha estado expuesta a niveles considerables de violencia: narcotráfico, prostitución, violencia domestica, secuestro, adicciones, etc. En el pasado remoto, esta frontera era conocida como “la frontera blanca”. Hoy Nogales, Sonora, es considerado como uno de los lugares más violentos de México (el 2010 arrojo el saldo de 202 muertes violentas) y también es conocido en el mundo por los “narcotuneles”. La mayoría de los medios de comunicación atribuyen la ola de violencia incontrolada a las guerrillas entre los carteles de las drogas por el control absoluto de esta zona.

Arizona es un estado de transito –mas que de destino- para miles de hispanos, provenientes de todas las latitudes de latinoamérica; unos en busca del “sueño americano”; otros huyendo de regímenes totalitarios o guerrillas en sus respectivos países; y otros simplemente para escapar al fantasma de la pobreza extrema. Hubo hace tiempo un acontecimiento que favoreció el clima anti-inmigrante que ahora impera en el estado, y ha agitado las aguas de la intolerancia: el asesinato del ranchero Robert Krentz, supuestamente perpetrado por un inmigrante indocumentado en Marzo del 2009 en el condado de Cochise. El asesinato de Krentz se ha convertido en un detonante para seguir con el debate sobre los inmigrantes que inició con la aprobación de la ley SB1070 en abril del 2010, y que permite que la policía del estado de Arizona pueda detener a cualquier inmigrante que sea sospechoso de estar ilegalmente en el país. La representante demócrata del estado de Arizona, Gabrielle Giffords, pidió el despliegue de elementos de la Guardia Nacional de inmediato, después del asesinato. El 25 de mayo, el gobierno de Obama anunció que desplegaría 1,200 miembros de la Guardia Nacional a la frontera con México para ayudar en los esfuerzos de luchar contra el tráfico de drogas y reforzar las labores de inteligencia. Andy Krentz, el hijo mayor de Robert, concluyo que su padre fue asesinado por un inmigrante ilegal. Nunca se supo que había sucedido realmente. Las teorías más realistas señalan que Robert Krentz pudo haber sido asesinado por un miembro de un cartel de las drogas. Sin embargo, los rancheros de la zona se reunieron para protestar contra las fallas del gobierno de Estados Unidos para frenar la violencia en la frontera.

La ley de Arizona SB1070 del 2010, también conocida como “Ley del odio” es una ley del estado de Arizona que ha recibido la atención nacional e internacional y ha provocado una controversia considerable ya que criminaliza a los inmigrantes sin documentos y considera sospechosos de crímenes a todos los que por su aspecto puedan parecer inmigrantes, ya sean ciudadanos norteamericanos o inmigrantes legales o ilegales. Aunque dicha ley ha sido temporalmente suspendida, ha generado un clima de intolerancia en el estado y ha afectado la economía del estado. Todo el país ha sido testigo de los boicots a Arizona, que han causado pérdidas económicas millonarias.

El análisis de la realidad de esta zona fronteriza nos lleva entonces a identificar algunas de las causas de la exacerbada violencia que se ha gestado en esta parte del país. Algunas de ellas son exclusivas de esta región. Otras son de carácter universal, que generan violencia en todos los lugares del globo terráqueo.

1. En EEUU el discurso político se ha polarizado tanto que ha perdido la ética del respeto a los ideales del otro. Los políticos suelen ver al partido político opuesto, no como un oponente, sino como un enemigo cuyo discurso es mentiroso.

2. La politización del fenómeno migratorio en EEUU ha frenado el establecimiento de una reforma migratoria integral que beneficie a ambos países.

3. El paradigma del neoliberalismo económico –que obstaculiza una repartición de los bienes para todos- sigue generando los más altos niveles de pobreza endémica en el entorno latinoamericano.

4. El surgimiento de una especie de neo xenofobia se propaga en ciertos sectores de la población, promovida por grupos radicales con una ideología anti inmigrante.

5. En México, hay una contradicción entre los reportes oficiales sobre el combate al crimen y las drogas y los reportes de la prensa. Por ejemplo, según la revista Cambio, cifras oficiales del gobierno mexicano señalan que en México hay 13 homicidios por cada cien mil habitantes, mientras que en Brasil hay 13, y en países como Honduras, Guatemala y el Salvador hay más de 70. Los reportes oficiales son triunfalistas. Los de la prensa son derrotistas. Ejemplos de algunos encabezados de la prensa mexicana: “Puñaladas a la justicia”, “Blindar a México”, “Un país doblegado”, etc.

6. Como dice Juan Villoro (citado por Alejandra Lajaous, en la revista Este país, numero 237, en su articulo Violencia y Medios): “el narcotráfico suele golpear dos veces: en el mundo de los hechos y en el mundo de las noticias, donde rara vez se encuentra una discurso oponente. La televisión acrecienta el horror al difundir en ‘close up’ y cámara lenta crímenes con diseño de autor”.

7. La pérdida de una cultura de la denuncia en México, que obstaculiza la persecución del delito, y termina en una institucionalización de la impunidad.

8. En la iglesia, la falta de una pastoral migratoria integral en las parroquias de la frontera que capacite y eduque a los agentes de pastoral en el tema de la doctrina social de la iglesia Católica. Pastoralmente, en la frontera cada párroco hace lo que puede, y hay otras situaciones en que el mismo párroco no cree que la iglesia debería inmiscuirse en “asuntos de política”. Un cierto tipo de tendencia conservadora en algunos sectores del clero frena la propagación de la doctrina sobre los derechos humanos desde la perspectiva de Cristo.

9. Falta de ecumenismo en las diferentes iglesias, que no están muy abiertas a la creación de proyectos de defensa de los derechos humanos que agrupen a líderes cristianos en un solo frente en aras a combatir la violencia endémica.

10. Un desconocimiento total en la población sobre el fenómeno de la violencia en la frontera, que lleva a ciertos individuos o círculos de poder de la sociedad americana, a buscar respuestas fáciles o culpar a los inmigrantes indocumentados, señalándolos como los responsables principales del clima violento en que se vive.

11. La pobreza endémica del entorno latinoamericano es la causa principal de los grandes flujos migratorios y expone a altos niveles de violencia en su transito hacia el país del norte.

12. La violencia no es la causa última de la inmigración, ni la inmigración de los hombres es la razón última de la violencia. Existe una alta correlación entre ambas, pero no una relación de causa-efecto. Desde una perspectiva dialéctica se podría afirmar que la violencia en la frontera USA/México agita las aguas de los flujos migratorios y estos, a su vez, favorecen la creación de un escenario propicio para la generación de los más diversificados tipos de violencia. La declaración de ilegalidad de la migración genera vulnerabilidad en los migrantes. Pero también, la ilegalidad de la migración los convierte a estos en mercancía humana disponible ante los que tienen poder.

IV. COMO AFRONTAR EL FENOMENO DE LA DIALECTICA MIGRACION-VIOLENCIA. ACTUAR

a. Reflexión Pastoral: un visado para el mundo

“Laissez faire, laissez passer” -dejar hacer, dejar pasar- reza el ya tradicional grito de batalla del neo-liberalismo económico, que postula al libre mercado como mejor garante del desarrollo económico. Sin embargo, la brecha entre ricos y pobres se acrecienta cada día, mientras que las fronteras del primer mundo se cierran a los flujos migratorios. Lo nefasto de la globalización es que esta erizada de fronteras y barreras. Pasan las mercancías, pero no pasan los hombres. Y este nuevo año trae consigo grandes desafíos – la ominosa opresión y grave inseguridad. Nuestro planeta esta marcado por masivas olas migratorias -hay 250 millones de migrantes. Como los animales, los hombres emigran en busca de un “hábitat”, que garantice la supervivencia de su especie. Los hombres van en busca de una vida mejor, o mejor dicho, van en busca del capital, saqueado de sus países de origen por el paradigma económico neoliberal.

En este contexto mundial, grupos internacionales defensores de los derechos humanos se dieron cita en Ecuador, Quito, en el mes de Octubre del 2010 para el IV Foro Social Mundial de las Migraciones. El tema del foro fue: “Pueblos en movimiento por una ciudadanía universal, derrumbando el modelo, construyendo actores”. En esa jornada de una semana hubo grandes denuncias, propuestas, e intercambio de experiencias. Todas las ponencias estuvieron centradas en el tema candente del momento: la movilidad humana y sus repercusiones. Los conferencistas representaban a diferentes organizaciones mundiales, y también grupos católicos de derechos humanos hicieron acto de presencia. Entre los temas sometidos al debate destacan: las violaciones a los derechos humanos en las fronteras internacionales; los grupos migratorios mas vulnerables; la crisis económica mundial y su impacto en la migración; las nuevas formas de esclavitud humana y servidumbre; racismo, discriminación y xenofobia; criminalización de la migración; la crisis del paradigma neoliberal; la necesidad de crear una teología cristiana mas encarnacionista y solidaria con los pueblos migrantes, etc. Hubo propuestas dignas de elogio: sobre la abolición mundial de la prostitución; sobre la creación de un “tribunal internacional de la consciencia de los pueblos en movimiento”; sobre el establecimiento de una ciudadanía universal. Al final quedo la sensación de que cada quien, en su respectivo lugar de origen, esta llamado a anunciar la grandeza del hombre, y a denunciar todo aquello que la explote y denigre.

En México, la violación de los derechos humanos es desafiante. La cinta cinematográfica titulada “Infierno” es una cruda radiografía de una enfermedad social crónica que amenaza la estabilidad social: la violencia exacerbada. Y ¿que decir de las violaciones a los derechos humanos en la frontera sur de México? Según informes de Amnistía Internacional, 6 de cada diez mujeres que cruzan el territorio nacional en busca del “sueño americano” sufren abuso sexual. El filme “Los invisibles” denuncia los abusos y vejaciones a los migrantes centroamericanos (youtube/losinvisiblesfilm.com).

En la frontera México-Estados Unidos, aun con el espíritu antiinmigrante que impera, los defensores de derechos humanos predicen una reforma migratoria integral. Se estima que hay en EEUU 10.3 millones de personas con una situación migratoria irregular. Deportarlos a todos es una misión imposible que, según los analistas, costaría además 65 mil millones de dólares. Esta claro: una reforma migratoria beneficiara a ambos países. La iglesia Católica asume la responsabilidad de seguir promoviendo la solidaridad y el respeto a la dignidad de los migrantes.

La ayuda asistencial a los despojados y la denuncia tajante de la pobreza endémica seguirán siendo mecanismos que vayan de la mano. En ser compasivos nos jugamos el ser o no ser cristianos. En respetar los derechos humanos nos jugamos el ser o no ser democráticos. En el análisis final, hay que decir que el racismo es una falta de evolución y desarrollo de la consciencia humana.

Querámoslo o no, estamos llamados a la integración. La diversidad gana terreno, pero la existencia nos aglutina. Es posible, necesario y urgente crear un nuevo mundo. El universo es nuestro país, y el mundo es la casa común de la humanidad. Desde el espacio exterior no se ven las fronteras. Solo se ve un hermoso planeta azul que alberga a una maravillosa civilización.

Nuestro derecho natural es ser ciudadanos del universo. Algún día el propuesto “tribunal internacional de la consciencia de los pueblos”, tendrá que establecer un “visado para el mundo”, y que todo ser humano sea libre de vivir en donde quiera. Y desde una teología llana y solidaria con nuestro pueblo, hay que rezarle al Cristo “migrante” de Esquipulas, o a la virgen “sin papeles” del Quinche, o al Cristo “mojado” de Los Ángeles. Ellos nos llaman a ser libres y a vivir con dignidad. (Articulo de Viliulfo Valderrama publicado en el periódico "The New Vision" de la diócesis de Tucson en Enero del 2011)

b. ¿Como debemos afrontar el desafió en ambos Nogales?

He aquí algunas de las propuestas concretas en esta zona fronteriza:

1. Debemos de usar todos nuestros recursos para promover una reforma migratoria integral. Los expertos señalan que una reforma migratoria disminuiría los niveles de violencia que se generan en las ciudades fronterizas. Los trabajadores migrantes estarían menos expuestos a los abusos y vejaciones de sus derechos y serian menos vulnerables. La iglesia podría jugar un rol importante en este proceso de denuncia.

2. Debemos crear una consciencia de clase en la comunidad hispana por medio de la cual esta adquiera un poder sociopolítico relevante, que se ponga de manifiesto en las urnas. Hay miles de hispanos residentes que no han podido cambiar la cultura del abstencionismo y creen que su participación en las urnas electorales no causaría ningún impacto en el devenir social y político del país.

3. Cada diócesis debería tener un “Plan Integral de Pastoral Migratoria”, que compile los principios fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia, y que estos se conciertan en “instrumento de evangelización”. Asimismo, es necesario contar con un sacerdote o laico encargado de la pastoral migratoria que promueva dicho plan en las parroquias mediante talleres, simposios, o cursos de pastoral de la movilidad humana.

4. Debemos unirnos en un movimiento ecuménico para crear en esta region el tribunal internacional de la consciencia de los pueblos en movimiento. En ese tipo de organizaciones pueden participar los principales lideres de la comunidad que muestren un compromiso autentico en el mejoramiento de la existencia humana.

5. Debemos humanizar el periodismo. Carlos Soria, en su obra “La ética de las palabras molestas” señala: evitar la exaltación de la violencia es informar desde la perspectiva de las victimas, no desde la perspectiva de los violentos. Y también es informar de aquello que los violentos no quieren que se sepa. Un exceso de informaciones violentas, o la intensidad de la información de la violencia pueden insensibilizar a los ciudadanos. La insensibilidad trivializa la violencia, produce hastío social, vuelve indiferentes a las sociedades y enerva los mecanismos de respuesta social”.

6. A nivel periodístico, todas las diócesis deberían de tener un periódico, o boletín informativo y formativo que contenga reflexiones sobre la dignidad humana y que denuncie las violaciones a los derechos humanos.

7. La iglesia católica debe ser más profética. Así lo exigen las circunstancias. No debe tener miedo de anunciar y denunciar el mensaje de Cristo en este ambiente violento. Hablando del pueblo mexicano, los obispos señalan: “Hay una creciente manifestación de superficialidad en su experiencia de fe y una religiosidad popular sumamente confusa”. (Documento “Que en Cristo nuestra paz México tenga una vida digna, numero 107”. Y de las autoridades dicen: “El signo mas elocuente de esto es la corrupción generalizada que se vive en todos los ámbito”. (Numero 103)

c. Conclusión final a la luz del magisterio de la iglesia en México

¿A que podemos comprometernos los ciudadanos y los cristianos, que somos los actores principales de este momento histórico que se vive en la frontera entre México y Estados Unidos?

O ¿Cuáles podrían ser algunas estrategias preventivas de la violencia en nuestra región? La respuesta no es fácil para nadie. El mal y el bien coexisten. El trigo y la cizaña crecen juntos.

Desde una perspectiva teológica, nunca podremos erradicar el mal que existe en el mundo. Pero si podemos hacer algo al respecto para concientizar a nuestra comunidad sobre la gran necesidad de tener una sociedad:
• más tolerante y menos prejuiciosa;
• que dé la bienvenida al extranjero;
• que proteja la dignidad de los mas vulnerables;
• que renuncie a la violencia física como medio eficaz de resolución de conflictos.

En ser compasivos nos jugamos el ser o no ser cristianos. En respetar los derechos humanos nos jugamos el ser o no ser democráticos. San Agustín decía: Dios, que habita en ustedes, los cuidara por medio de ustedes”. Todos somos responsables de prevenir la violencia en nuestro entorno creando y fomentando una cultura de la tolerancia y de la paz.

Entre los logros ya alcanzados en la frontera de ambos Nogales están los siguientes:
1. El 12 de Diciembre del 2009, los obispos de Arizona publicaron el documento “Me acogiste” (“You welcomed me”) en el que hacen un llamado profético a todos los católicos para que le den la bienvenida a los extranjeros, sin importar su situación migratoria, y condenan las actitudes xenofóbicas hacia los migrantes.

2. La diócesis fronterizas de Ambos Nogales se han unido en el proyecto “diócesis sin fronteras” por medio del cual se ofrecen espacios de reflexión y acción para los agentes de pastoral y miembros del clero mas involucrados en la propagación de la doctrina social de la iglesia.

3. En la frontera de ambos Nogales surgió la “Iniciativa Kino” bajo los auspicios de la Compañía de Jesús, y en coordinación con las diócesis de Tucson y Hermosillo. Tiene como finalidad:

i. la documentación y defensa de los derechos humanos,
ii. la ayuda asistencial a los migrantes deportados en el lado mexicano en un comedor y albergue,
iii. la propagación de la doctrina social de la iglesia,
iv. la investigación científica del fenómeno migratorio y
v. la incidencia social y el cabildeo.

4. Existe en la diócesis de Tucson una oficina de justicia social que esta al tanto de todos los acontecimientos relacionados con el tema migratorio y que ofrece asesoría y apoyo a las parroquias.

5. En la zona fronteriza de ambos Nogales hay una proliferación sin precedentes de grupos civiles que velan por la defensa de los derechos humanos.

6. En la frontera de ambos Nogales existen grupos de pastoral migratoria que ofrecen ayuda asistencial humanitaria a los migrantes deportados de una manera organizada.

7. Hay grupos civiles que han empezado campañas intensas para informar correctamente a la ciudadanía sobre los mitos y realidades de la violencia en la frontera.

8. Existe en Nogales un programa que informa a los jóvenes adolescentes sobre las consecuencias del tráfico y consumo ilegal de drogas. Este programa se ofrece también en las iglesias del condado.

9. El proyecto “Diócesis sin Fronteras” organiza periódicamente eventos de tipo espiritual y pastoral en los que participan agentes de pastoral de ambas diócesis.

Finalmente, en su carta pastoral “Que en Cristo, nuestra paz, México tenga vida digna” los obispos mexicanos señalan: “Consideramos que lo primero que hay que hacer para superar la crisis de inseguridad y violencia es la renovación de los mexicanos. La novedad de nuestra vida en Cristo dará origen a formas nuevas de relacionarnos con las personas con las que convivimos día con día…La primera e inaplazable tarea es la formación integral de la persona…Hoy como nunca es una exigencia invertir todos los recursos a nuestro alcance en la formación de las personas y en la promoción de condiciones de vida dignas para todos”. (“Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga vida digna”, CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO)


Bibliografía:

1. CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO: “Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga vida digna”.

2. DE MAULEON, Héctor: “Marca de Sangre”, Editorial Planeta Mexicana, México, DF.


3. FUENTES, Carlos: “La Frontera de Cristal”, Santillana Ediciones, México, D.F.

4. SMITH SEMPRUN, Jaime: “¿Que no esta pasando? El dolor de la sociedad”, Editorial McGraw-Hill/Interamericana de España, Madrid.

5. REVISTAS: Proceso, Cambio y Este país y diario el Imparcial.

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Fear Not

By Michael Seifert [PDF Version] [Return to homepage]

Michael Seifert was born November 6, 1954 in Birmingham, Alabama. He graduated from Catholic University with a Masters of Theology. Has lived the past 25 years in the Lower Rio Grande Valley serving the grass roots communities in both sides of the border. Network Coordinator for the Equal Voice for America’s Families project of the Marguerite Casey Foundation.


The front porch of my house is exactly one mile east of the Rio Grande. If I were to take about 2000 steps toward the rising sun, I would come to the geo-political edge of the United States. I would know this, as at the end of my walk, I would come face to face with an endless set of eighteen foot tall iron pilings set with a gap of six inches between them. The pilings march off to the north and the south, roughly following the bends of the river. They are placed there to force those people who wish to cross into the United States to try their luck elsewhere—perhaps in one of the deserts to the west and north of us.

This is the border wall, being built at an extraordinary cost of $6 million a mile as part of an effort to calm the fears of the citizens of the United States. In addition to the wall, every 400 yards or so, border patrol vehicles are parked on the other side of the barrier. I can see the agents scanning the riverbanks with binoculars.

I would not want their job. I wonder if they are afraid.

There are days in which helicopters fly surveillance, over and over again, above my neighborhood. Not long ago, the federal government announced that it had been employing pilotless “drone” planes to fly along the southern border. Daily, border vehicles barrel through here, scattering the kids playing soccer in the street.

Those of us who live here hate the helicopters, the racing patrol cars and the drones. If we were in peace moments before, comfortable in a region that has one of the lowest violent crime rates in the entire nation, then the roar of military vehicles and the low-flying helicopters make us question this peace. We look towards Mexico and we see a long, tall wall, and we are afraid.

It was not always this way.

When I first came to the Valley, in 1989, the face of migration was Central American. The contra wars with Nicaragua had heated up, and the bloodiness of El Salvador and Guatemala continued to drive people from ancestral homes and north to the United States. The communities of the Rio Grande Valley, themselves largely composed of first and second generation Mexican immigrants, gladly welcomed the new comers. It was not uncommon for small church congregations to take up collections for the immigrants, organize packages of food and clothing, and set up committees to help process immigration applications.

In 1981, the Diocese of Brownsville, in a prophetic, although common-sensible move, founded Casa Oscar Romero, a shelter that would end up offering up to 600 refugees at a time a few days of respite before they began the journey across what we referred to as the “real border”—the checkpoints that the Border Patrol manned one hundred miles to the north. Casa Romero became the visible face of compassion for the immigrant that was native to our region, a compassion born out of a similar experience of vulnerability.

There was no border fence then, although Casa Romero had a small fence that featured a portrait of the Archbishop of San Salvador and the blessing quote from Matthew 25: 35 (“I was a stranger and you welcomed me). Despite the loud objections of a very few people, the hospitality of our region was something that made us proud.

In time, though, more and more of the immigrants that came passing through here were from Honduras, and then, Mexico--men and women, and more often, children. In the early 1990’s, these immigrants were driven north not so much by the violence of war as by the fear of the violence of a new economics, a globalizing phenomenon that gave more importance to the prospering of multi-national corporations than even to our neighboring nations to the south. The promotion and promulgation of the North American Free Trade Act, signed into law in 1993, was a death knell for the smaller family farms that were once such a part of the vitality of Mexico. Agri-business moved in across Mexico; farming families were bought out and moved, first to the larger cities, and then, to the United States. By 2000, one third of all immigrants coming into the United States were from a single country: Mexico.

The rising number of irregular Mexican immigrants was reflected in a rising tide of anti-immigrant sentiment, something that seems to run in cycles in this country, a nation that celebrates its variety of peoples and cultures—its immigrants. The twelve million Mexican immigrants living in the United States began to create new social realities in Arkansas, Alabama, and Wisconsin. Spanish was becoming the true second language of the United States, and this discomfited people who normally confused Mexicans with Spaniards. Politicians, eager to seize on any issue that might drive the public to fervor (and to vote), began their scapegoating exercises, turning the eyes of Americans to the “porous border to the south,” to the “Mexican hordes” that threatened our very American identity.

And so, in 1994, the government began its earnest effort to secure the southern border. In our region, the Border Patrol began Operation Rio Grande, which essentially meant that border patrol agents parked their vehicles every 800 meters or so along the northern bank of the Rio Grande—each within eyesight of their companion agents, creating in this way a wall of surveillance. The aim of all of this was to create a “secure border.”

I knew of these events, as I followed them closely in the news. I was a regular visitor to Casa Romero, and would celebrate Mass with the men and women detained at the federal immigration prison located at Port Isabel, about 45 minutes from Brownsville.

But it was only with the opportunity to offer hospitality to a Guatemala refugee that I began to appreciate the disturbing and yet sacred mystery that is the life of the migrant at this point in our history.

Juan Mendoza was from Guatemala. He had called the parish looking for a place to stay for a couple of weeks after being bonded out of the immigration services’ jail.

Our community had an extra room in our house, and we welcomed him to our home.
Juan was a reserved man, who spoke his Spanish carefully, almost as if he were protecting the small bit of vocabulary that he owned. His first language was in fact, a Mayan dialect from the Quiche region of Guatemala. This was one of the areas that knew in a particular way the “scorched earth tactics” that were taught to the Guatemala Security Forces at the School of Americas at Fort Benning, Georgia.

The third day that he was with us, I took him to a local restaurant for breakfast. I asked him what had made him leave his home to come north.

He looked at his plate and began speaking his measured Spanish. He told me how he had been the lead catechist at his parish in a small town in Guatemala, and how, some months ago, the army had come in and had built a small garrison next to the town square.
“I took my wife and children and went to greet them; we wished to welcome them to our community,” Juan told me, still not looking up from his plate. “A week later, five soldiers came to our home after dark. They took me and my wife and my children. They bound our thumbs together with wire and lead us to a ravine outside our village.”

He was quiet for a moment; he looked at his thumbs. He went on, speaking even more softly, “They killed first my children, and then my wife. They cut their heads off with machetes. They then turned to me, and I just jumped out into the ravine.” He paused for a moment, and then looked up at me, “And then I came north, and now I am here.”

Juan stayed with us for only a few days. He carried himself with a fragility that I recognized was that of a person deeply scarred by tragedy and one whose very heart had been wounded by terror. In the end, we found someone at Proyecto Libertad, a local group of heroic legal eagles who offered free services to people like Juan, and soon, an asylum application in hand, he was headed to Washington, DC, where he had a brother awaiting him.

Things have changed now, dramatically, along our southern border. However horrible Juan’s travail was twenty years ago, his journey and his grief would now be of a different order. His journey through Mexico, today, would be an excruciating extension of his terror, as Mexican governments, national, state, and local, ignore the organized abuse of migrants. When he arrived at the Zona Fronteriza, he would be crossing an extraordinarily militarized zone—on the Mexican side, the drug cartels have created what can only be described as a nightmare for any traveler, but especially for those bound for the United States. In the month of April, 2011, more than three hundred bodies of immigrants have been found in mass graves just a couple of hours south of Brownsville. In one gruesome discovery, hundred and twenty were found to be bludgeoned to death with a sledge hammer, a tool normally used, apparently, for the slaughter of cattle.

Last year, the bodies of seventy-two Central and South American immigrants were found massacred near the same area, close to the small ranching town of San Fernando. According to one of three survivors, they were shot to death by the Zetas, a criminal organization whose activities were leaving them short-handed. The immigrants were offered the choice of becoming assassins—or of being assassinated.

These incidents are well known by the immigrants, and I can only wonder at the courage (or the degree of their fear) that would drive them to make this journey. (The plight of the women is horrible on yet another scale, and has been well documented by several migrant shelters, most particularly Belen in Coahuila).

If Juan managed to survive this journey, he must re-manage his fear, as, approaching the US border, in his mind, a safe place, he would be confronted with five times the number of border patrol agents as in 1989. If he presented himself “properly” to the authorities and asked for asylum, he would be jailed, quite possibly for the entire length of the asylum process. He would be detained with the general population, amongst violent offenders as well as others who, like him, took seriously the American pledge to offer asylum to those in need. It would be unlikely that he could find an attorney who would take his case, as fewer and fewer people fund such enterprises any longer.

If Juan decided to slip across the border and enter the USA “unexamined by an agent of the United States” he would then become the prey of those who are charged with protecting Americans from that which frightens us (in this case, Juan). If he remained in Texas, he would be living in a place in which, just this past legislative session, more than 75 bills were introduced, all of which were designed to criminalize and punish the immigrant community.

The Price of Fear
The Jewish/Christian scriptures can be read as a narrative of the immigrant. The Spirit of God “goes forth”, Abraham and Sarah, our ancestors in faith, are sent forth; the nation of Israel is formed during its forty year migration. Some would hold that the very word “Hebrew” comes from habiru, referring to those who wander, who ignore the boundaries of nations and tribes. Jesus himself is without a place to lay his head. The Christian testament concludes with John writing in exile, a refugee detained on Patmos.

And while the desert culture informed our sacred scriptures with its profound respect for the life-saving values of hospitality, one cannot ignore the Bible’s preferential love for the stranger and the wanderer. The sojourner was then and now, an opportunity for blessing and life.
I would argue that the loudness of the xenophobes and their quite successful mongering has blinded the American community to the nature of the extraordinary gift to our community that is the immigrant. I myself do not have the vocabulary to describe the courage that is demanded by taking the decision to immigrate. Such a choice, it seems to me, would be in the same category as a decision to amputate one’s own limbs, a cutting off of emotional, psychological, social and spiritual ties that have imbedded themselves in the immigrant, and that are, in the end, the deepest reasons for her joy and peace.

I would find this particularly true for the poorest of immigrants, those who have grown up on farms and ranches, who have lived their entire lives within the confines of small villages. These are not people who have travelled to other countries, who would be schooled, in any way whatsoever, about the ways of others. They have no idea of what they are getting themselves into.

With the extraordinary security in place on the US/Mexico border, and with the stunningly dangerous journey through Mexico, the decision to leave home is now a definitive one—unlike the pre-NAFTA days, there will be no coming back. Leaving home, then, means severing oneself once and for all from the thousand and one things that make up a human life.
For instance, the immigrant will leave behind her language. She will lose that delicate and delightful sense of play that comes with being fluent with those who surround you. In the new place to which she is headed, she will not have the comfort of the poetry of someone speaking to her heart. Even her prayer at church will be changed—the services may well be in Spanish, but it will not be the Spanish of Urraco Pueblo in Honduras, or of Santa Cruz, Guatemala, or her home.

The immigrant will leave behind her friends, and the incalculable strength that comes from a network of support. There will be no one to gossip with, no one to share laughter with, no one to be sad with.

The immigrant’s departure, most importantly, cuts her off from her family and her kin. Her father and her mother, her sisters and her brothers will not be there for her, or she for them. She will no longer be able to visit the tombs of her beloved ancestors. She will lose the smells of her family’s kitchen, of her family’s linens.

The immigrant’s leaving cuts him off from his livelihood, from his career, from what he has learned to do. He will lose any edge he might have had in the local economy—he will have to start “at the bottom” in the new place. If it is as it seems, that a man’s sense of self is derived in large part from his own sense of his usefulness, his departure will mean cutting himself off from the vitality of the confidence that comes from knowing how to do something.

The decision to immigrate is not a easy one, nor a caprice. It is one taken in a moment of desperation, a decision often made out of the greatest self-disinterest. It is, in the end, a human right that becomes, in some circumstances, a moral mandate. If a father’s children are facing starvation and privation, the father’s first duty is to provide for his family. The fact of that duty does not lessen the courage that the decision to leave requires—and the extraordinary quality of unselfishness that marks the person who makes that move.

Americans, however, are afraid, and so we continue to build walls, not only along the border, but in our cities and towns as well. As history has shown, over and over again, a nation that encloses itself within walls designed to protect us from vague threats soon becomes hostage to fear. No individual, much less a national community, can thrive if they live in fear.

And a nation that refuses the blessing that accompanies the gift of the visitor is doomed to a shrinking share of the largesse that comes from sharing life with those courageous, faithful and good people who have come into our midst.

Welcome
The residents of the Rio Grande Valley, being a border-community, have been given the privilege and the opportunity to instruct the rest of the nation in the lessons of hospitality.

It is not an easy task—the criminalization of the immigrant makes those of us who would assist them “partners in crime,” and, while in individual instances this is something that might be routinely overcome (it is hard to imagine many Rio Grande Valley residents refusing succor to an immigrant), it is quite a different story in the case of institutions.

One would expect that the churches would be the first place of refuge, and yet that is not the case. During the course of writing this reflection, friends of mine called 130 Roman Catholic parishes and missions in the Diocese of Brownsville. We asked two questions. The first question whether or not the parish or mission had a special committee for people who would like to work on immigration issues. Not a single parish, according to this informal poll, offered such a ministry. The second question was whether or not they were doing anything for those who were suffering violence in Mexico. I know of several priests and dozens of lay people who in fact offer personal assistance to immigrants—but the Diocese as an institution, apart from some rather cursory help for those who are seeking to establish their legal status in the United States, offers next to nothing.

And although there have been summits on immigration offered in the Diocese, the final outcomes were some documents that presented some interesting stands—but no concrete instance of a task force or a ministry has yet been created.

Years ago the Diocese passed over control of Casa Romero, which was renamed the less controversial “Casa Ozanam” and which mission switched from offering hospitality to refugees and immigrants to offering shelter to the homeless. It is noble and needed ministry, but a clear departure from the past, more prophetic stance in favor of the immigrant.

The Rio Grande Valley, however, is filled with an extraordinarily set of committed Christians and generous human beings, many of whom have experienced the terror of being an immigrant—and the blessing of offering hospitality to the immigrant. Many of these individuals work with community-based organizations, and have created a network of relationships that seek to create substantive change at the policy level as well as creating a new consciousness of the immigrant as blessing.

The Equal Voice Network is a collaboration of eleven community-based organizations that was formed during the 2008 presidential campaign. After a series of town hall meetings established immigration as the priority amongst issues confronting the area’s families, a working group was created. The working group was tasked with promoting a pro-immigrant set of policies at the state and national level. Project ARISE, La Union del Pueblo Entero, Proyecto Azteca, the Brownsville Community Health Center, Casa de Proyecto Libertad and Movimiento del Valle por los Derechos Humanos, Proyecto Juan Diego, South Texas Civil Rights Project, South Texas Immigration Center, and BARCA have worked tirelessly over the past two and half years to push back on the anti-immigrant legislation offered at state and national levels.

The success of the push-back has been uneven, but it seems at our last count that only five of the 75 bills filed in Austin have even a chance at a vote. The group has managed to organize police chiefs and sheriffs to take stands against the Secure Communities Act (which would effectively make police officers immigration agents—although with no training for funding this), and has made numerous lobbying trips to Austin.

What has been most helpful in our effort has been our networking. The Equal Voice Immigration Working Group members are in constant and active collaboration with RITA (Reform Immigration for Texas Alliance) and with the Southern Border Communities’ Coalition. We have learned to reframe the fear-mongering narrative into a story of human rights and a remembering of who we are as a nation. “Texas Can Do Better” was the organizing theme of our most recent work, and it captures the message that we wish for others to take to heart: we are capable of more than fear.

A second and extraordinarily important project has been the careful work of helping others know and understand the immigrant. To this end, several groups in the Equal Voice Network continue to host groups that wish to come to the Rio Grande Valley and see, first hand, what a true immigrant community looks like.

We have found this to be most successful with younger visitors, particularly those who come in affiliation with a college or university. The nearly universal remark that those who come is: “I had no idea.”

Conclusion
I remain haunted by the thought of the 72 immigrants, whom, a year ago, were taken off of their buses and lined up in the courtyard of an abandoned ranch house. This was to be the end of their journey, a fearful moment that many had been living even before they had left their homes.
All migrants know of the kidnappings and torture that await them as they head north. Women reportedly begin birth control months before they leave, knowing of the near inevitability of rape (http://borderlines.weebly.com/). But the desperate circumstances that they face at home must inspire in them an unknown courage. I imagine that they must taste the ashes of their hope even as they take their first steps north.

The hopes of the seventy-two men and women who were killed in San Fernando did in fact turn to coal. After they were shot, their killers did not even bother to bury them; their faces were not even covered.

Because I remain a believer, I am anguished as I wonder, “Where is the light in this?”
I had read other reports and discovered that the migrants were killed, according to one of the witnesses who escaped, because they refused to join the Zetas and work for them as assassins.
“Kill or be killed,” they must have been told. And under a blazing August sun, so many miles from their loved ones, with their lives in their hands, literally, one by one they refuse this sordid offer of hope.

These men and women, powerless in every sense of the word, resisted.
They resisted even that most basic form of greed, the desire to live. They resisted despite the horrible clarity of the consequences of that resistance.
They said no, surely with quaking knees, and anguish in their souls.

They resisted.

I refuse to draw a lesson from this; I just note that only a few hours south of my home, just this past week seventy –two people stood strong.

That is something to consider.

I would be honored to have any one of them as my neighbor, my friend, my brother, my sister.
Any of us would be.

***All rights reserved by the Mexican American Catholic College

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